martes, 23 de febrero de 2016

“…Jaime, dentro de tu corazón hay millones de estrellas, no necesitas venir al cielo a robarlas…”, 

Con este fragmento os adentro al libro del que os voy a hablar. El título del cuento, a pesar de poder resultar en un principio extraño o diferente a otros, ha sido seleccionado por mí personalmente después de conocer una serie de cuentos vinculados a las emociones llamados "Cuentos para sentir". A pesar de poder decantarme por gran cantidad de títulos, decidí que dicha lectura conllevaba un motivador e interesante análisis.
Comenzando con el ingrediente de incertidumbre creado desde el inicio de la historia y uniendo éste a los elementos fantásticos que en él encontramos, obtenemos como resultado una lectura totalmente recomendable para niños, como es obvio, pero también para que padres y profesores remuevan en su interior una reflexión acerca de lo mucho que puede enseñarnos dicho libro en cuanto a las emociones.
En este caso Begoña Ibarrola trata el contenido de los sentimientos como objetivo primordial ya que con publicaciones aumenta el interés en el público docente sobre su propia investigación acerca del “Aprendizaje emocionante”.
A continuación, además de presentaros a la autora os indico el conjunto de datos complementarios:

Título “El ladrón de estrellas”.
Autora Begoña Ibarrola.
Ilustraciones Anne Decis.
Editorial SM.
Fecha primera edición 1 de Marzo 2009.

Debido a mi experiencia visual sobre la realización de dicha lectura a los alumnos de 2º de Educación Infantil, he de decir que los contenidos cuestionados fueron bien recibidos, y lo más importante, llamaron la atención a los alumnos hasta el momento en el que finalizó la lectura.
Por ello, concluyo que la edad apropiada se situaría en torno a los 4-5 años, puesto que a pesar de estar recomendado para niños mayores de 3 años, constituye una lectura protagonizada por contenidos y así mismo protagonistas (niños) que aún no se han asimilado en la primera etapa de Educación infantil.

Cambiando el enfoque, y centrándonos en el análisis del FORMATO, apreciamos a simple vista una presentación correcta de la lectura ademñas de manejable tanto el libro como las páginas y lleno de color e ilustraciones animadas así como poca cantidad de texto para no resultar pesado o largo a nuestros alumnos.
Añadir que cuenta con una letra denominada “escolar” es decir a la que están acostumbrados y por tanto les resulta fácil de leer. Además cuenta con una portada especial, ya que si se retira constituye un póster alargado que nos puede dar detalles del contenido de la historia.

En cuanto al CONTENIDO podemos observar como tema o contenido principal el “valor del Amor" entre dos niños, en el que se observa la fuente imaginativa como el hecho de conseguir la luna para
demostrar amor o del mismo modo quitar estrellas del cielo. Ahí el público infantil puede diferenciar las actuaciones de fantasía como el hecho de viajar al cielo y hablar con personajes inanimados, así como la realidad a través del hecho de demostrar afecto únicamente con buenos gestos hacia las personas sin necesidad de dar nada material. De esta manera interviene en su mundo interior con el in de enriquecerlo y reflexionar en su interior a través de dicho valor.

Añadido a ello podemos encontrar como tema secundario, el hecho de “robar” o quitar algo que no te pertenece es algo que está mal, y en este caso hace también referencia al medio ambiente aunque de manera muy abstracta ya que el cielo es una realidad que aun desconocen en esas edades.

Atendiendo a la ESTRUCTURA observamos una secuencia narrativa clara y unidireccional como indican las edades de los patrones de los receptores a los que se dirige el libro, además está constituido por una trama predecible y por tanto acaba con un final justo y feliz adaptado al público infantil de tal manera que distinguimos:

Introducción. Centrada en conocer la relación de amistad entre Jaime y Claudia, y en el planteamiento principal acerca del cómo demostrar lo que se quieren dos personas, (regalando la luna o regalando estrellas).

Nudo. Durante el cual se representan los pensamientos planteados en un principio y Jaime trata de demostrar a Claudia lo que la quiere e intenta coger la luna, sin embargo únicamente puede bajar las estrellas al árbol de Claudia demostrando por cada una de las estrellas todo el aprecio que la tenía.

Desenlace. Finalmente y rompiendo con la realidad fantástica, se plantea la solución de demostrar el carió a través de gestos abstractos y no materiales, como habíamos presenciado durante el desarrollo de la trama.

Continuamos el análisis conociendo a Jaime, nuestro personaje PROTAGONISTA quien trata de demostrar a Claudia, su amiga cuanto la quiere, y para ello recurre a elementos que llaman la atención a cualquier niño y resultan imposibles de alcanzar como son el cielo, la luna y las estrellas. Por tanto Jaime representa a un niño que persigue los objetivos y los sueños hasta alcanzarlos, y por ello muchos de los receptores pueden identificarse con el puesto que a diario están expuestos a demostrar el cariño que le tienen a las personas que más cuidan de ellos, como pueden ser sus iguales, familiares o los profesores del centro.

En segundo lugar, Claudia, el personaje complementario a Jaime, el cual representa perfectamente en la realidad de cualquier niño a cada una de las personas que le rodean.
Por otro lado La luna y El jardinero del cielo, juegan el rol de personajes en segundo plano que ayudan a resolver la trama, en este caso pueden identificarse con los padres y profesores que muestran e indican lo que está bien y mal en cada acción que realice un niño.

Atendiendo a los VALORES Y CONTRAVALORES mostrados en el cuento, vemos que Jaime quiere demostrar cuanto quiere a Claudia, y para ello opta por algo material, difícil o imposible de conseguir y que por tanto significa mucho para los niños. El hecho de tener tanto afán por demostrar lo que se quiere se reconoce como un valor, ya que todo niño va detrás de conseguir lo que se propone. Además de recalcar el valor del arrepentimiento por parte de los dos protagonistas al entender que quitar cosas que no les pertenecen no está bien, lo que se puede asociar a acciones diarias que los niños viven (quitar pinturas, lápices o juguetes que no les pertenecen en ese momento).

Poniendo atención en el lenguaje utilizado en el texto, podemos observar un estilo de vocabulario tierno, vinculado a los sentimientos y emociones que puede experimentar el alumno, así como apreciamos la función poética a través de figuras literarias tales como comparaciones “brillan más que las del cielo”, personificaciones “este beso es una estrella” o metáforas “las estrellas lloran”. Junto a ello añadimos el uso de oraciones claras, cortas y sencillas con abundancia de diálogos para captar la atención del público y motivar su interés en la trama. Por lo tanto al escuchar este tipo de cuentos podemos integrar en el niño funciones poéticas así como integrar la exclamación e interrogación en sus posteriores lecturas.

Finalizando el análisis del libro seleccionado, he de afirmar que sí incorporaría
en el aula lecturas de este tipo (emocionales, para sentir) ya que se trata de un ámbito muy
presente en alumnos de Educación Infantil, tanto a nivel familiar como con iguales y profesores.
Además en muchas ocasiones utilizan palabras queriendo mostrar sentimientos pero no utilizan las adecuadas y por otro lado, no presentan la capacidad de medir esas sensaciones hacia otras personas, por lo que el ladrón de estrellas, puede servir como ejemplo, en el momento de demostrar el amor hacia (por ejemplo) sus padres, de manera que no signifique para ellos únicamente símbolos materiales sino también gestos del día a día.
Por otro lado, este tipo de cuentos están pensados para aplicar valores, no enseñarlos como tal según un concepto, sino presentar al niño situaciones a través de la literatura que él mismo puede asociar a su vida cotidiana. Del mismo modo tampoco es una lectura para enriquecer su lenguaje o practicar lectoescritura, sino que el único objetivo perseguido es el de divertirse leyendo y reflexionar acerca de las emociones que sienten los personajes del cuento, pudiendo introducir a modo de conclusión una pequeña actividad en torno al tema tratado.